El efecto de diferentes fenómenos climáticos en la operación del sistema eléctrico no es una situación nueva en el país. Por ejemplo, en el año 1992, el fenómeno del niño puso de
manifiesto la crisis del sector eléctrico y en especial la carencia de generación térmica en el país. Esta falta de tecnología de generación no permitió sortear con éxito el periodo prologando de sequía durante los años 1992 y 1993. Dos resultados se derivaron de esa falta de diversidad tecnológica. El primero, fue necesario programar una serie de apagones durante ese periodo mientras que el segundo fue el advenimiento de nuevas tecnologías de generación térmica. La situación hoy día es diferente, el país cuenta en la actualidad con un 32,3% (4343 MW) de generación térmica y 63,1% (8525 MW) de generación hidráulica. Generación
proveniente de energías renovables y cogeneración suman cerca de un 4%. Aunque es
evidente la diversificación del portafolio de generación eléctrica y sus beneficios durante
los últimos quince años, el más reciente fenómeno del Niño (finales del año 2009) puso de manifiesto un nuevo inconveniente: El aumento de la demanda de gas natural y la
necesidad de racionar este recurso.