En los últimos años el incremento de los datos digitales se ha manifestado de manera vertiginosa, esta información ha sido almacenada por todo tipo de organización desde su puesta en operación, contiene la huella de su trayectoria, contemplando sus éxitos al igual que sus fracasos. Sin embargo, por mucho tiempo esta información permaneció en gran parte como un adorno en un viejo anaquel, desaprovechándose su capacidad en cuanto a la mejora de procesos, operaciones e incluso en la toma de decisiones. No se trata de tomar toda la información almacenada y que de manera mágica se encuentre la solución a una pregunta o resulten de igual forma tópicos que permitan encaminar los planes estratégicos al éxito de los objetivos propuestos, ya que esta información no viene predispuesta para suministrar inmediatamente los insumos requeridos en los análisis pertinentes, para esto la información debe ser depurada y verificada de manera que se disponga de una calidad adecuada en la misma, desde la cual sea confiable la información con la que se pretende realizar análisis. Los datos que se registran en el sistema de salud presentan estas mismas dificultades y riquezas.